Un año más llega Halloween, y desde Pinolivo sabemos bien que debemos utilizar esta fecha como excusa para trabajar con mayor vehemencia los miedos infantiles.

Esta celebración tan festiva y divertida para algunas personas, afecta de maneras insospechadas a las mentes infantiles que, incapaces de discernir todavía entre lo real y lo irreal, aceptan con mayor o menor éxito que deben pasar por momentos de miedo sin permiso para sentirlo (-pero ¡no te pongas así, si no da susto!-.), todo ello facilitado, además, por grandes ingestas de azúcar.

Desde Pinolivo sabemos que debe haber exposición a los elementos que nos provocan temor para poder superarlo, pero con un acompañamiento adecuado, sin presión y bajo una mirada comprensiva y paciente.

Por eso os enviamos este mensaje para que en esta noche y en el resto de noches, tratemos de no infundir alegremente temores a nuestra infancia pues no sabemos en qué inseguridades limitantes podrán desembocar. Y no hablamos solo del miedo a fantasmas y brujas si no a esos miedos que cada día les transmitimos inconscientemente y que se esconden bajo frases tan cotidianas como «no corras que te caes, si no te lavas los dientes se te caerán, si no te duermes pronto vendrá el coco, si te portas mal te llevo al doctor a que te ponga una inyección,  si te tragas el chicle se te pegará en las tripas, pórtate bien que Los Reyes Magos te están mirando «….da que pensar ¿verdad?

Festejemos, pero con respeto al miedo.

¡Feliz Halloween!